sábado, 14 de febrero de 2009

Fábula del arquitecto feliz y la blanca y cúbica cabaña


Después de varios meses de recorrido en esta Escuela, la propuesta de escuchar las trayectorias de ex alumnos, convertidos en arquitectos, me pareció muy interesante. La curiosidad por saber lo que nos espera es grande y algunas veces incluso uno puede preguntarse si merece la pena. Como nos explicó un profesor, al propio Le Corbusier le rondaban estas ideas cuando era estudiante y su afán por realizar sus sueños consiguió que no se rindiera.
Sólo pude asistir a una de las conferencias y mi conclusión acerca de ella fue alentadora. Nos explicó, además de anécdotas divertidas, sus duros comienzos en este mundo: trabajando como ayudante, realizando maquetas, presentándose a concursos… Un principio que, como indicaba el conferenciante, probablemente ocurra al término de nuestro aprendizaje (aunque realmente nuestra vida sea una continua adquisición de conocimientos).
Lo más importante fueron sus palabras de ánimo y el resumen que hizo de su trayectoria: alcanzó aquello que quería sin rendirse ni arrepentirse.
Aprovechando el momento, me gustaría recomendar la “Fábula del arquitecto feliz y la blanca y cúbica cabaña” de Alberto Campo Baeza que se puede encontrar en “Documentos de Arquitectura, nº2” (existe una copia en reprografía, nº 233). Es una fábula pequeña escrita por la construcción de la casa Turégano en Madrid y un gran ejemplo sobre la satisfacción del propio trabajo.
Por último, me gustaría dar mucho ánimo para continuar este largo camino.
Un cordial saludo de una estudiante de arquitectura: Sofía Khodabocus Solla

(También se puede leer la fábula en el siguiente enlace: http://cacifo200.blogspot.com/2007/11/fbula-del-arquitecto-feliz-y-la-blanca.html)

1 comentario:

Cubillismo dijo...

Muy buena tu entrada, tendre que leer esa fabula, suena muy interesante y es verdad que puede que al principio nos cueste mucho pero si te gusta lo que haces es mas ameno el camino al final.

saludos.